martes, 2 de agosto de 2016

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Doña Bella
Bella es una mujer muy hermosa que vive en un pueblo bananero llamado Agua Hermosa. Hija única, vive una existencia ordinaria con su único pariente, su abuelo materno. Además, está profundamente enamorada y comprometida con su amigo de la infancia Antonio Segovia, un hombre proveniente de una familia conservadora.
Su vida cotidiana es interrumpida con la llegada de un extranjero rico llamado Román Montero. Encantado por lo atractivo de la joven mujer, el poderoso empresario determina en hacerla su amante, pero a ser rechazado por la dama, este decide secuestrarla, llevándosela a vivir a una mansión para ser su mantenida. Bella espera ser rescatada, pero nadie en su pueblo natal cree que el Señor Montero la ha secuestrado, en especial, su prometido, quien agraviado, piensa que su novia se fue con el adinerado capitalista por interés. Como si el destino no hubiera sido suficientemente cruel con la doncella, Bella recibe otro golpe cuando su abuelo muere y queda sola en el mundo.
Abandonada y humillada, no tiene más remedio que entregarse a Román, pese a que pierde la virginidad con otro para no darle esa satisfacción. Seguidamente, con el propósito de desquitarse de su torturador sádico, decide satisfacer a todos quienes la desean a cambio de oro y joyas. De tal modo, Bella se incorpora al comercio sexual y, así, acumula riquezas y se convierte en millonaria. Una vez que Román es obligado a regresar a la capital por motivos laborales, ella se reinstala en el pueblo de Agua Hermosa con la ilusión de volver a encontrarse con su amado Antonio.
Sin embargo, Antonio no puede perdonarla y, debido en parte por las grandes presiones familiares y sociales, se casa con otra mujer. Esta realidad ocasiona el descenso agudo de Bella, causando elevado actos de auto-destrucción y auto-desprecio. Sintiéndose traicionada y maltratada por su gran amor, decide vengarse de él utilizando el mismo esquema que uso para desquitarse de Román. Por tanto, instala en el pueblo conservador un burdel donde ella es la única suministradora de los servicios. Allí se entrega a todos los hombres ricos para torturar de celos al amante que la despreció. Todos los hombres podrán tenerla, menos él.
Pero el gran amor entre Bella y Antonio es demasiado fuerte como para ser repudiado por ellos. Eventualmente, reinician su perturbado romance y se convierten en amantes sin importarles los compromisos personales. El hecho de que él estaba casado ahora con Evangelina y tiene varios hijos con ésta, genera más rechazo y odio hacia Bella por gran parte del pueblo. Pero a Bella esto la tiene sin cuidado, e incluso llega a procrear una hija con Antonio,a la que pone de nombre Maria Antonia.
Esta tirante relación entre ambos marca por muchos años sus vidas y las de los habitantes del pueblo, en especial la de Andrés Mendoza, quien es el eterno tercero en discordia, aunque engendra una hija con Bella, Andrea Fernanda. Un comienzo penoso no puede terminar de modo diferente: agobiada por los constantes celos enfermizos y abusos de Antonio, Bella decide erradicar su problema contratando a alguien para que lo asesine. Sin embargo, se arrepentirá de esto y trata de evitarlo a toda costa, pero su remordimiento llega demasiado tarde.
Al final Bella queda destruida por la muerte de Antonio, su gran amor, y decide irse del pueblo dejando su pasado atrás y a empezar una nueva vida.

El chavo del Ocho
Sobre la base de otro sketch previo, Gómez Bolaños elaboró el esbozo de El Chavo con una trama atemporal (es decir, sin seguir una cronología con alguna otra historia) en donde un niño pobre, de 8 años de edad, discutía con un vendedor de globos en un parque. Él interpretaría al niño, y el otro personaje recaería en Valdés.4 «Cuando [Gómez Bolaños] ve la aceptación y descubre que tiene elementos de comedia muy atractivos, vuelve a escribirlo, pero ya con más forma [...] la clave fue meterlos [a los personajes] en una vecindad donde hubo un potencial más grande y poco a poco lo armó [el concepto central del programa]», según recordó su hijo Roberto Gómez Fernández.3
Los siguientes capítulos surgieron de manera similar, mientras usaba historias que no habían sido consideradas anteriormente. No obstante, quiso apartarse de los personajes de niños interpretados hasta ese entonces: «El reto no era sencillo [...] Porque todos (o al menos casi todos) han sido variantes diversas del clásico Pepito, cuya gracia radica precisamente en que es un niño, pero que actúa con la picardía propia del adulto», de acuerdo al propio escritor en su libro biográfico. En su percepción, el personaje del Chavo debía ser uno «inocente e ingenuo».4 El contenido de El Chavo estaría dirigido «al público adulto, no al infantil».2 Su hija Marcela Gómez Fernández reveló que varios de los gestos y ademanes del protagonista provenían de ella y de sus hermanos cuando eran pequeños. En opinión de Roberto Gómez Fernández: «mi padre trató de encontrar valores universales infantiles, con personajes que pudieran tener grandes contradicciones, elementos opuestos, así surge la comedia [...] y eso lo sabía perfectamente». Cabe añadirse que el personaje es también conocido como el Chavo del 8 debido a que la serie era transmitida en sus inicios por el canal 8; Gómez Bolaños reveló luego que era conocido así porque vivía en el departamento 8 de la vecindad, y no en el barril donde solía meterse comúnmente.3
Para el personaje de Don Ramón, pensó en un individuo «holgazán, inculto, comodino [...] pero poseedor de esa gracia natural que identifica al pícaro». En cuanto a la Chilindrina, su apariencia física sería similar a la del Chavo al tener varias pecas en su rostro, pero en su personalidad debía figurar como «más traviesa e inteligente que él». Para dar esa impresión, optó por definirla como una niña sin dientes y que usara anteojos. Inclusive, le dio un sentido de liderazgo sobre los demás niños de la vecindad.24 Su nombre proviene de un pan típico mexicano que posee semillas de ajonjolí, reminiscente de las varias pecas que tiene el personaje.19 Doña Florinda era el estereotipo de una «mujer de edad y que cuida poco de su arreglo personal» y su sobrina, Popis, sería más bien «bobalicona». El término «Doña» se debía a la connotación de un buen nivel social, según el escritor. El personaje de Quico, a su vez, funcionaría como contraparte de las cualidades del protagonista: «caprichoso, testarudo, consentido y envidioso». Su nombre era originalmente «Federico», para enfatizar la última sílaba del mismo («rico»), sobre la base de una de sus características en la serie. Sin embargo, se lo conoció mejor por el apodo de Quico. Gómez Bolaños lo relacionó luego como el hijo de Doña Florinda; sobre su vestimenta de marinero, en uno de los capítulos se menciona que su padre era marino y había muerto cuando su barco se hundió. Esa es la causa de su indumentaria habitual.2 En una entrevista, Villagrán dijo que Enrique Segovianohabía propuesto varias de las frases y movimientos característicos de su personaje, incluyendo el llanto.27
Hay que recordar que el personaje del profesor Jirafales, junto con el irregular doctor Chapatín, ya aparecía con la mayoría de sus rasgos en Los supergenios, y no se modificó mucho al respecto. Si acaso una diferencia era que en Los supergenios, Jirafales no era un profesor de escuela, sino «un sujeto intelectual y educado que resolvía las dudas de sus compañeros». Para El Chavo, adoptó el rol de maestro de primaria y enamorado de Doña Florinda.2 Aguirre sugirió utilizar la expresión «¡Ta, ta, ta, taaaaa, tá!», al recordar que uno de sus profesores, Celayo Rodríguez, solía decir una frase similar al enojarse.28 Se planteó adicionalmente que el señor Barriga fuera el dueño de la vecindad, al que molestan los niños cada vez que llega a cobrar la renta de los inquilinos, y su versión infantil recayó en su hijo Ñoño. Al principio no tenía apellido; este se usó en referencia a la apariencia física del actor.2 La bruja del 71, o Doña Clotilde, se había concebido como una «quisquillosa solterona», y finalmente el rol de Godínez era «el que menos estudiaba» de todos los niños.22

El chapulin colorado

El Chapulín Colorado cuenta todas las hazañas de un superhéroe poco común, que siempre acude al llamado de los más necesitados cuando estos dicen la frase ¡Oh! Y ahora, ¿Quién podrá defenderme?, o también ¡Oh! Y ahora, ¿Quién podrá ayudarme?, en una oportunidad dicen ¡Oh! Y ahora, ¿Quién podrá explicarme? y también ¡Oh! Y ahora, ¿Quién podrá consolarme?, a lo cual el Chapulín aparece de la nada respondiendo ¡Yo!, seguido por el alegre recibimiento del necesitado quien exclama ¡El Chapulín Colorado!, finalizando el Chapulín con su famosa frase ¡No contaban con mi astucia!
El Chapulín es torpe y no posee superpoderes, aunque sí varios artefactos de apoyo como el chipote chillón, la chicharra paralizadora o las pastillas de chiquitolina. El fuerte del Chapulín realmente es su determinación, la cual le ayuda a solucionar los problemas a pesar de su cobardía y debilidad. En este sentido, en una entrevista concedida por Roberto Gómez Bolaños al programa argentino La noticia rebelde en 1987, éste afirmó el sentido filosófico del personaje y lo que el Chapulin era en relación a los super héroes europeos y norteamericamos como Batman o Superman:
“No son héroes. Héroe el chapulín colorado, y esto es serio. El heroísmo no consiste en carecer de miedo sino en superarlo. Aquellos no tienen miedo, Batman, Superman, son todos poderosos, no pueden tener miedo. El chapulín colorado se muere de miedo, es torpe, débil, tonto, etc., y consciente de esas deficiencias se enfrenta al problema, es un héroe, y pierde, otra característica de los héroes, y los héroes pierden muchas veces, después sus ideas triunfan, pero mientras tanto el héroe... ¿Cuántos fusilados conocemos?” 2
Comúnmente se incluyen sketchs sueltos del programa Chespirito, llegando así a tener episodios en los que estos sketchs constituyen la mayor parte del programa e incluso el capítulo La función debe continuar está dedicado especialmente a ellos.



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